Los nuevos avances tecnológicos han hecho que nos pasemos horas enganchados a nuestro smartphone. Nos comunicamos a través de éste, pero también otros recados y tareas, desde hacer la compra semanal hasta vender muebles viejos a través de aplicaciones.
Hasta hace muy poco, la mayoría de las personas crecía, vivía y moría dentro de un rango de 16 ó 32 Km. Lejos de conocer a sus vecinos desde la niñez, no saben siquiera quiénes son sus vecinos. Se entendía por comunidad a un grupo de personas que se conocían unas a otras y compartían supuestos culturales, intereses, inquietudes y objetivos comunes, principalmente porque vivían cerca y siempre lo habían hecho. El aislamiento de la vida en una gran ciudad, en la que muchos residentes provienen de otros lugares, puede ir en contra de la construcción de la comunidad. Y mucho menos oliendo a sudor. Siguen una serie de rituales que solo se conoce entre el mundo femenino.